El toldo cofre es el más actual, y el que poco a poco va ganándose adeptos entre los instaladores de toldos, y los usuarios. El motivo no es otro que la sencillez de instalación, y sobre todo el sistema de autoprotección, que permite que sus elementos tengan una mayor durabilidad ¡doblando o triplicando la duración de vida útil de la lona!.

La explicación es fácil, y es que al recogerse, todos los elementos, incluidos los brazos, quedan cubiertos por el sistema.

Normalmente este tipo de toldos suelen acompañarse por un sistema de motorización que ayudan a su utilización, y se adaptan a casi cualquier tipo de motor. En algunos casos, cuando el toldo es de una dimensión menor, puede prescindirse de esta automatización.